“He vuelto a creer en la justicia”
16 diciembre, 2020Después de una larga batalla, Bolivia reconoce la primera unión libre entre dos personas del mismo sexo, “Es un gran avance en la búsqueda del reconocimiento de los Derechos Humanos de la Población LGBTI” dice Mónica Bayá, abogada de la pareja y directora de la Comunidad de Derechos Humanos, organización socia de Diakonia.
El proceso dio inicio en el 2018 cuando el Servicio de Registro Cívico (Sereci) rechazó en numerosas oportunidades el registro de unión libre entre David Aruquipa y Guido Montaño, argumentando que Bolivia no permite este trámite entre dos personas del mismo sexo.
-Todavía tenemos varias normas donde las personas LGBTI son excluidas. La unión libre puede parecer de poca importancia, pero hay muchos derechos económicos relacionados al reconocimiento formal de una relación que se niega a las personas LGBTI, cuenta Mónica Bayá.
David y Guido decidieron no darse por vencidos. Con el apoyo de los abogados de la Comunidad de Derechos Humanos y Derechos en Acción, la pareja decidió llevar el caso a juicio ya que el rechazo del registro de su unión libre viola tratados internacionales sobre Derechos Humanos, firmados por Bolivia.
Así fue como, después de 10 años de relación y otros dos años de procesos administrativos y judiciales, el pasado viernes 11 de diciembre fueron reconocidos como la primera pareja del mismo sexo, registrada por el Servicio de Registro Cívico.
-Para nosotros es una felicidad, pero es una felicidad a medias porque solamente se nos reconoce a nosotros. La lucha es unir las fuerzas con toda la colectividad LGBTI para que esto sea un derecho ya consagrado para toda la población, expresó David Aruquipa en la rueda de prensa sobre el caso.
El fallo es un avance histórico como sociedad en la búsqueda del reconocimiento de los derechos de las personas LGBTI y abre camino para lograr una sentencia confirmatoria.
-He vuelto a creer en la justicia, es un paso importante en la protección que debe brindar el estado a todos los ciudadanos. Hay esperanzas de revindicar derechos y que realmente se trate a las personas por igual, concluye Mónica Bayá.