El agua es vida
En el Perú, entre 7 y 8 millones de personas carecen de acceso a agua potable
A pesar de ser un país con abundantes recursos naturales la mala gestión de los recursos hídricos, el impacto del cambio climático, el crecimiento poblacional y las prácticas agrícolas inadecuadas han contribuido a la escasez de agua en el país.
Además, la distribución desigual del agua a nivel nacional ha generado disparidades significativas en el acceso al recurso, como el caso de la costa peruana, que alberga a más del 55% de la población, pero solo cuenta con menos del 2% del suministro de agua dulce. Estos desafíos obstaculizan los esfuerzos hacia un desarrollo sostenible en el Perú.
Diakonia y nuestras organizaciones socias desplegamos acciones tanto para crear conciencia sobre la importancia de proteger el medio ambiente, como para contribuir en la restauración de ecosistemas hídricos que favorezcan los sistemas de producción, y asegurar mejores condiciones de acceso al agua.
También se apuesta en reafirmar el rol de las mujeres y los hombres entorno a la seguridad hídrica desde un enfoque de gestión social de agua en cuencas hidrográficas de importancia hídrica para poblaciones que viven en ámbitos rurales y urbanos, incorporando gradualmente enfoques ecofeministas y de economía del cuidado.
La siembra y cosecha de agua
"Donde nace el agua nace la vida"
Huñuq Mayu lleva casi una década desarrollando acciones comunitarias enfocadas en la recuperación y protección del agua en Ayacucho y Apurímac(Andahuaylas)
Agroexportación
¿Quién gestiona el agua en el Valle de Ica?
El Valle de Ica es una zona desértica en la costa peruana, y es uno de los principales departamentos de agroexportación del país. La situación del agua genera tensiones entre los distintos usuarios de agua y les plantea el desafío de tener una visión consensuada sobre la sostenibilidad del recurso hídrico que aseguro el acceso a todos los usuarios, sin vulnerar los derechos de acceso hacia algunos usuarios.
La lucha por el agua y la vida
Puno es una región donde la mayoría de la población es Aimara y Quechua, históricamente afectada por la desigualdad, el racismo y la exclusión, lo cual esta siendo exacerbado por el cambio climático. Hace más de una década la población se encuentra movilizada porque sus principales fuentes de agua dulce están contaminadas. No es solo una lucha ambiental, sino una lucha por la vida misma.
La disputa legal
En el año 2017 los pobladores de los distritos de Coata, Capachica, Huata y Caracoto, afectados por el vertimiento de aguas servidas sin tratamiento y residuos sólidos de la ciudad de Juliaca al río Torococha, cuenca Coata y al lago Titicaca, interpusieron una demanda constitucional de amparo contra varias entidades del estado, por graves violaciones a los derechos humanos, como la dignidad humana, derecho a la vida, derecho a la salud, derecho al acceso de agua potable, derecho a gozar de un medio ambiente adecuado y equilibrado, todos reconocidos por la Constitución Política del Perú.
El septiembre 2023, después 6 años de lucha judicial en el Segundo Juzgado Civil de Juliaca, se emita una sentencia que ordena a las entidades del Estado demandadas a responder ante las demandas de las comunidades.
Esta histórica decisión judicial, que apunta plantear soluciones integrales para afrontar la contaminación de la cuenca Coata, así como la afectación de la salud de la población del lugar, fue respaldado por diversas organizaciones sociales de la región de Puno, incluso por varios medios de comunicación, calificando esta sentencia como ejemplar..
Sin embargo, las entidades demandadas apelaron el fallo
Los pobladores siguen esperando que los jueces superiores de la Sala Civil de Juliaca se pronuncien a fin de garantizar acciones de remediación, recuperación y prevención de la contaminación ambiental que sufre el río Torocoha y Coata, afectando gravemente a la salud de más de 222 mil 500 personas que habitan en la cuenca en mención, además de toda la biodiversidad existente en la zona.